10 de septiembre de 2012

Queda el hueco



Queda el hueco

Queda el hueco.
Así la lentitud, el aparejo involuntario de un arte
que come la huida
incluso la mía al exterior.

Y poder callarte con un beso
con una piedra
entre dos ríos contrarios incrustando el cosmos
maniatando la verticalidad.

Como el niño que baja 400 metros
a la mina de Cerro Rico.

Es, un vapor mineralizado
el que entalla
la tierra no construida

performándose en una autobiografía
contra la historia y la rama perfecta
de la ciencia.

En las cámaras de inseminación artificial, la ciudad espera, cogito ergo aspeto. Suena el teléfono y es desde el país en el que vives. Mientras, el salario mínimo permite coleccionar sellos y eso, seguir viviendo. Un lector de luz recita a Pasolini.

      di ferici, è qui, che brucia
     in ogni nostro atto quotidiano,
    angnoscia anche nella fiducia

Es un paso. Cuando serás por ello, pie, por ello cosecha labrada en el palco de guillotinar la puesta en escena con la hoja del apuntador. En la euforia de las salidas bloqueadas
se dice
“que quema, que quema…”

En esta orilla de la anarración conviene pasar un tupido velo
concupiscente por el hielo más atroz que conciba la razón.

(Allá en el fuego intercambian recetas
de gastronomía japonesa.)
-
El arrullo de un búho en el pecho de una anciana despierta al tramoyista que soñaba con un póker de gatos  en una iglesia. Aquí, madame Bobary pasa con su carruaje de las tres y con su cesto de biscuits de sablé en un día especialmente alegre. En casa del señor Luto siguen feriando. A un puesto de Lotería llega el Orient Expres y al museo Banksy.
-
(Aquí a la salida de la mina
un niño cuyo rostro tiznado de ceniza
…vende veneno de serpiente)

El sueño gramatical atraviesa el cuchillo y lo corta.
Nace 
un reino inanimado.
Dos voces se confunden,
la que se forma y la que se complementa;
contemplación de fórmulas en el rellano de los vocabularios posibles.
¿De la tormenta que lo sigue
no se consigue el bienestar ni la equidad
necesaria para cambiar el mundo y
hay que olvidar el racionalismo necio
y totalitario?
(pussy riot rider)
El arcángel Gabriel monta
un restaurante en un mount improbable
y engorda 20 kilos.
Acaba una magdalena y dice;
       -¿Sabíais que toda esta merde
         de concretar en IVA y/o
         en una perpetua consumación del consumo es
         perpetuar el engaño, la máquina?-
Podría parecer artístico- añade.
Venía casi como un poema. Dato.
Calco la armonía, o no
en el zócalo, donde las capas sedentes
quedas en el último idiolecto
como decisión terapéutica
la gramática
    la medicina
       la educación.

Escribir para perder el rostro.
El reflejo partido por la indecisión,
pues la economía moderna de subsistencia
usa la ciencia
integrando
antiburocracia
    antitecnocracia
            autoelegida.

Desde la flexión personal con la naturaleza.
El poema jamás escrito. Afuera.

Una gota sedienta
            absorbe
mi entraña hambrienta.

En el rincón una docena de periódicos macilentos soportan el movimiento de las estrellas de Sirio, Procyon y Arturo. Mientras los paralajes de la vida se violentan y en el encuentro son amigos de soportar una puerta. Un cuadro. Una estampita fija para satisfacción de turistas.

            Cae el terreno agrietado como un quejido
un cielo azul como un recto metal
como
fábrica de un alma
un ser querido
las pestañas curruscantes de un sueño polar.

El precipicio y
abajo el rugido
de la proa absurda de la civilización.

En una caracola, el sexo
            en una acuarela, Venus.


Erigiendo la antigravitación elijo la carne y las fisuras en una jaula de fieras bordeando con el aliento el crédito propicio para la degustación de un fino hilo que enhebra lo que no hay de constelación en mí, yo, un punto aplastado. Un gorrión en la nuca. Constato, empadrono la representación. Fuera en mí, una aberración óptica, el llanto eucarístico que se criba acariciando las huellas de una manada de búfalos. Transportan en un solo átomo el cansancio de un viraje al infinito,
alfabeto ya en la profundidad de una tierra sin superficie. 
En cambio la necesidad de cenar juntos a la luz de las velas extiende

el imán
que construye la deliciosa cópula de los enunciados
el discurso condicionado,
en cambio esculpe el tiempo
aquel doble instante
cuando las raíces aletean en la boca
y las larvas se acercan al púlpito del orante

Abdmut, en cambio, cuenta en sus diarios del desierto los misterios de tus lunares que al anochecer brillan más y
se reflejan en un vaso de té
lo digo por no ver y ser penumbra, prenombre que dibuja sombras mientras retira cuidadosamente su rostro para airear en una cima. 
Mis dedos que se arraciman en tu cuello y un alud que de sangre se derrama.

-Se quema, se quema…-

No. 
Simplemente se derrama un magma caro del volcán más cercano, recorre las calles cimentando puntos ciegos. Quedando en el telar calmo de una orilla abierta, donde el único afluente es tierra pariendo islotes con propósitos subterráneos. Tal vez un nuevo dormitorio. Zonas erógenas oran arrodillando a su vez, el miembro amonestador que petrifica los cielos. Bebemos el té y salimos de la jaima. Una masa de aire caliente forcejea con el monolito que han dejado atrás los versantes del Santo Oficio. Obviamente con una leyenda en rima asonante. Haciendo esta mañana la colada / amor y pétalos me ponen emocionada / erección ave mojada / el acantilado da un mordisco
Hago una reverencia con el cilindro de un cartón que antes había sido el eje de un rollo de…


Libre de altercados y alteregos el desierto soñaba, y gentes como Abdmut, se sentaban al borde de un oasis y absorbían como azucarillos, historias de pasiones laberínticas, crema pastelera al jerez, y finalmente manteca de Dios, un capricho de amor y una cobertura de muerte. Quisiera hacerme con uno de dichos oasis pero la turbación del desierto depara esos tesoros a gentes dulces. Reviso la escotadura del calzón simulando así consuelo pero un dromedario disfrazado de clarinetista ríe hostil. Lo cual me pone de muy mal humor y me arranco la muela del juicio.*


*El final ha de tener referencia al título.


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muela y cámara

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