21 de marzo de 2012

Cercos trashumantes.


( La sístole y la diástole del corazón.)

En otro espacio, maquinista ciego, dialogaba sobre la disposición de las piedras, las minúsculas que encajan como piel en un zapato. La poesía así sigue su trayecto, danza de un río. En el mismo que todos, día y noche nos dejamos arrastrar para surcar esta tierra.

Para este día de. Trashumantes.
Empiezo con un inédito de Juan Ramón Jiménez y prosigo.
 **
*
 
                “Hasta tu nombre” 

Al vivirla, al gozarla, al contemplarla,
creador, poeta,
estos nombres que el hombre,
puso a tu creación
los pisé yo con dulce peso,
y ellos me dejaron que yo los pisase
como pisa el amante a la amada
en el goce supremo que el amor engendra
en nombre sucesivo hasta tu nombre.






 "Cercos"
 
     Todas las cosas conspiran para la desaparición. Des-aparecer es el objetivo. El mundo es la historia de la visibilidad -el mundo que fue contado por los antiguos griegos-: apariciones y des-apariciones o la continuidad bajo la vida y la muerte. Aparición y des-aparición de lo que yo no soy, siéndolo más de lo que me soy a mí misma por debajo de mí. Aparición y des-aparición de lo que no somos, ya que ser es ser limitado, ser es estar cercado, ser es vivir en un cerco: vivir atemorizado en un círculo de fuego sin atreverse a a-cercarse, a romper el cerco aproximándose a las llamas que aprisionan con su horror, con su nada, con su amenaza. La purificación, la destrucción por el fuego. Purificarse: desintegrarse. Des-integrarse: romper los límites que nos hacen ser: ser íntegro, ser una fuera de lo que sigue, a pesar de lo que sigue, por encima de lo que sigue. Yo soy una y mi cerco, un cerco abierto como un ojo, un ojo que deslinda, que traza los lindes con fuego: aquel fuego que brota del párpado, nunca de la córnea. En la córnea, sobre ella, como pantalla translúcida: las lágrimas, sobre la córnea la gigantesca cortina de agua que mana dolorosamente de las entrañas, el agua del dolor que apaga el fuego sin romper el cerco, impidiendo, ahora y luego, la purificación.
Las lágrimas son una desobediencia a la ley del universo: aparición-des-aparición. Las lágrimas son la culpa y el precio por el territorio conquistado: yo soy una y mi cerco.

Destruyamos. Desautoricemos lo escrito. Mi cerco y yo nos construimos en otro cerco: el del lenguaje. Cada lenguaje un cerco. La transgresión: el trabajo de la metáfora. Transgresión lingüística, rápida, penetrante, creadora. La apariencia salta fuera del ojo, el ojo fuera de su córnea. La forma puede volverse música.
La palabra guía dentro del cerco. De cerco a cerco ¿quién anda? ¿Qué aguijón penetra en los espacios que el fuego pone al rojo? De cerco a cerco nada, o tal vez el águila. El lenguaje de los cercos requiere otros conceptos, otras palabras: palabras trashumantes, palabras bereberes, palabras del desierto: sin eco, hechas de sílabas que se desmoronan al pronunciarse, palabras tránsfugas o planeadoras, palabras buitres, palabras carroñeras que limpien los viejos cercos de sus muertos, de sus asesinados y de sus asesinos. El lenguaje de los cercos requiere el vuelo. De cerco a cerco se vuela. Se vuela como los buitres, con el pico ensangrentado, con flecos de carne descompuesta colgados en las comisuras propagando, de cerco en cerco, el virus: el ansia de hacer mundos.
¿Y las lágrimas? ¿Y el agua? Pura convulsión del aire licuado por el frío.
La córnea vaciada de su ojo es el estanque de materia donde Leibniz creía ver el universo: la unidad de todo lo posible. El ojo, sin su córnea, apenas se parece al diseño de un ojo.
¿Y si lo posible fuera lágrimas infinitas? ¿Y si el dolor fuera el infinito anhelo de todo lo posible por existir?
¿Y si las lágrimas fuesen el dolor de existir que se expande por todos los cercos de los cercos?

Desautorizar el texto: dejar al texto huérfano, matar al autor, destruir al que dice yo bajo el texto, al que dice yo sin decir "digo", desplazar al que escribe, dejar huérfano al que escribe, huérfano del texto que ya le precede, que siempre le ha precedido, que le precede en el cerco, que le encierra en su cerco, que le induce a cercarse y a decir yo, des-autorizar el texto cuando dice "lágrimas", con-textualizar al texto con otro texto que lo embeba como un papel secante, des-autorizar al yo cuando escribe "dolor" sin escribir que escribe, y dejar en suspenso el juicio sobre la posible des-aparición de una muy antigua creencia.

¿Y el grito? El grito es la flecha disparada que se eleva, vertical, y alcanza al buitre en pleno vuelo.
 Chantal Maillard "Filosofía en los días críticos", Diarios, 1996-1998 

*
***


Las imágenes
se amansan en el agua,
pero no descansa el agua,
sino que fluye sin fin,
portadora del enigma
de su constancia.
Cuando llega la hora,
es moneda en la boca
la quietud
que la negrura convoca
y es el óbolo que entrega
en las huidizas manos del río
que va a la nada.

Si el horizonte fuera una línea...,
pero es un cerco
que se desplaza.

Clara Janés.

 
 *
 ***
****
 
La vida se arrastra desde el comienzo. Se derrama, tiende a irse más allá. A irse desde la raíz oscura, repitiendo sobre la faz de la tierra —suelo para lo que se yergue sobre ella— el desparramarse de las raíces y su laberinto. La vida, cuanto más se da a acrecer, prometida como es al crecimiento, más interpone su cuerpo, el cuerpo que al fin ha logrado, entre su ansia de crecimiento y el espacio que la llama.
María Zambrano “Los bienaventurados”




      El pájaro"

La preocupación por las diferencias es algo congénito en el pensamiento occidental. Pertenece a la visión científica, que convierte el mundo en experimento. Aplicamos el método hipotético-deductivo a todo lo que se nos presenta. Lo cual no deja de tener cierta gracia cuando el pensamiento la emprende consigo mismo.

Pensemos pues el pensamiento. Pensémoslo en la filosofía y en la poesía; el pensamiento está sin duda presente tanto en la una como en la otra.

La filosofía: el punto de partida de la ciencia, el método o la manera de habérselas con el lenguaje para lograr conclusiones a partir de definiciones. Acotando, pues. Delimitando.

El poema: aprehensión de lo-que-hay, en un modo. Infringiendo los límites. / La poesía (poíesis): el conjunto de modos y maneras (amaneramientos) de la aprehensión. La preocupación «poiética» es la de cómo mostrar el qué que le pertenece al poema.

(Entre el modo y la manera, ambos sinónimos de «forma», hay, tal como aquí quiero emplear los términos, una diferencia: el modo es musical, la manera, no necesariamente).

¿Y el pensamiento? El pensamiento, por supuesto, atraviesa todas las elaboraciones lingüísticas, salvo la repetición (como manera) o la letanía (como modo). ¿Cómo no iba a ser así?

Con respecto a esta discusión viene al caso aquel pájaro filosófico que Juan Miguel Palacios nos ponía de ejemplo en sus clases de Ética. El que lee filosofía, decía, hace como el pájaro cuando bebe: toma un buche de agua, levanta la cabeza, traga y, así, sucesivamente. Así también el lector de un ensayo lee un párrafo, levanta la cabeza, entrecierra los ojos un momento y luego vuelve al libro. Me acordé de aquello mientras leía porque me sorprendí realizando aquel mismo gesto del pájaro. Levantar la cabeza, con los ojos cerrados, y volver al agua. Pero, lo curioso es que, esta vez, no estaba leyendo un ensayo, sino unos pequeños poemas aforísticos. Así que me pregunté si, siendo el gesto el mismo, no habría de ser lo mismo también lo que aconteciera en la lectura de un ensayo y en la de un poema. ¿Acaso no tendría lugar, en ambos casos, un mismo acto de comprensión? Un cierto paladeo y… algo cae. Algo que se filtra antes de asentarse en la conciencia. Una comprensión… Pero, ¿qué es la comprensión?

       Chantal Maillard “Poesía y pensamiento”





                                        La intuición empírica del pájaro le lleva
                                        a elegir el farol que un saledizo ampara
                                        para ampararse él mismo del invierno.
                                       
                                        Quisiera que mi intuición supiera
                                        elegir, ver de qué modo
                                        la noche pudiera quedar fuera
                      (víscera de cavernas magulladas,
         náusea y frío o aquella pesadumbre
sin raíz). Quisiera señalar y
(llamando a la hermosura)                   decir:
                                      ven; que el corazón fuera ligero
                                      y mirara y al mirar dijera: te amo,
                                      como un ángel de Giotto que bajara
                                      hasta Joaquín. Te amo,
                                      debió de sentir que le decía,
                                      y que quería decir; puedes amar.

Olvido García Valdés “Lugares” 2006






*                                                                               *

16 comentarios:

  1. Ay, Danielo, creo que me va a llevar miles de años leer esta entrada. Me quedé estupefacta ante ese estrépito de pájaros al vuelo. Ese es mi cielo, esa es mi vida. Tu sabes que siempre me quedo como parva cuando encuentro un grupo de pájaros surcando el firmamento. También sabes de mi antiguo temor a las palomas(creo que ya estoy curada, aunque nunca se sabe). Una vez alguien me dijo que yo era como una piedra que se había encontrado. No sé si fue que yo había encajado como piel en su zapato. Pero por alguna razón, enseguida pensé en Horacio Oliveira, rescatando del ostracismo del suelo, aquellos trozos de papel, que el observaba como obras de arte regurgitadas por la urbe. El caso es que yo creo que había amor cuando el me dijo que yo era como una piedra que había encontrado, una de esas que se guardan en una cajita, y después se olvidan, pero que un día de pronto volvemos a abrir, y al reencontrarla el amor regresa. No sé, no me preguntes a qué viene todo esto. No tengo idea. Sólo he tomado un punto y a partir de ahí me he propulsado, sin un rumbo determinado(quizás el punto sí que lo había determinado, pero sin duda yo lo desconocía). Por ahora sólo he llegado hasta el poema de Juanra...Nunca me habría imaginado que podía sonar tan hermoso la idea de que el amante pise a su amada. Y ahora sólo quiero que me pisen y pisen como la uva....Prometo seguir leyendo. Besos, hermano (y perdón por el caos que dejo por aquí...)

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  2. Vera
    No deberías malograr tu talento y detenerte en los libros. Hace un tiempo sabías que el grial era la “búsqueda”, el agua absorbida de los libros para después cruzar las puertas como si fueran ventanas. Eso sabías. El aire estereotipado era el mismo que las palomas fintaban como las frases hechas que van al encuentro del ostracismo. El poema de de Juan R.J. supongo que viene al caso de su exilio, de su incansable esfuerzo en el arte de los versos, no es nada en comparación con la contemplación, vivir mundanamente. No me extenderé tampoco a tu comentario, dejo que tu imaginación y la entrada completa hagan el resto. Haz sonar las escalas de tu intuición para llegar al campo magnético de la autocontemplación.

    Gracias por el caos recibido y abrir el cerco. En el caos florece el cabal perfeccionamiento a desaparecer. Guardemos piedras, guardemos conchas y caracolas en esa cajita, guardemos los ojos y la culpa. Bicos irmanciña.

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  3. Me parece que el poema de Clara Janés es de una belleza inconmensurable, pero también que la imagen refuerza esas palabras. A veces, al leerte, entre azorado, perplejo o encantado, siento que intentás llegar a lo que no se nombra. Es como estar nadando por La filosofía perenne, otra vez.
    Un abrazo.

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  4. Hola CC...o Daniel,veo que te llamas así,puedo llamarte Daniel?

    Cerco,corazón,piedras,vida.
    Y no por ese orden,el cerco lo construimos nosotros,nos hace paralíticos en nuestra vida,pues no nos deja llegar a donde queremos ir y hacia dónde caminamos?hacia un lugar llamado felicidad,eso es todo lo que buscamos,ser felices,pero no podemos permitirnos pre-establecer desde el inicio que no vamos a conseguirlo,no pongamos barreras,ni muros,pues nos lastimaran sin remisión.
    Pero sin corazón no funcionamos,toda la belleza existente realizada por alguien divino,se quedaría en nada,si no lo sintiéramos en nuestro interior,mirar con otros ojos,como cuando haces una fotografía,quieres reflejar no lo que se ve,sino expresar como tú lo ves,con esa mirada especial de tu corazón,quieres compartir tu mirada,que no tiene que ser exactamente real,sino que es tu forma de verlo.
    Y todo ello siendo uno mismo en lo que hace,en lo que dice,en lo que escribe...sin que des-aparezca su yo,su esencia,la importante,lo que uno es.Sin miedos a ser,a existir,sin más...sin cercos.

    Con la palabra llegamos al éxtasis más puro,si la sabemos utilizar,yo en eso...bueno,me queda mucho,mucho por aprender,no tengo ese don que muchos tenéis en este mundo de la literatura,de la poesía.Saber transmitir sentimientos y pensamientos,es el discurrir de un río,que sabiendo su recorrido llega al mar.Y a mí me queda mucho recorrido por leer,por escuchar...y aprendiendo voy y vengo,metiéndome en no pocos sitios dónde aún teniendo mucha voluntad,me quedan grandes,sabes a lo que me refiero Daniel?,me pasa aquí en tu blog,jaja,perdona por el discurso,pero es cierto,quiero aprender de tus palabras,de tus citas,poemas,canciones...pero me pierdo.
    Y estando perdida,disfruto,percibiendo que hay otros mundos llenos de palabras,de personas,de sentimientos por descubrir.

    Me gusta lo que dices que el modo en poesía es musical y la forma de expresar el qué quieres transmitir,siendo como es el pensamiento libre,podríamos decir que la poesía es un todo-contenido y continente,de lo que percibimos.

    La poesía se siente,se comprende? a veces,aunque no necesariamente.
    Cierras los ojos,levantas la cabeza y la asimilas,te puede entrar un escalofrío,te pueden brotar lágrimas...o una sonrisa,entonces sí,la has sentido y continuas.

    Creo que me he vuelto a liar,jaja,creo que ya te has dado cuenta que me suele suceder...cuando voy con tiempo.

    Muy buenas las fotografías.
    Un abrazo!!

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  5. Permíteme, amigo, que traiga al cenáculo de tus palabras y sus cercos a dos invitados. La habitación está llena, lo sé, pero el enemigo - la escritura - es leviatán fuerte y debemos admitir en la conjura a todos los compañeros de viaje, incluso a aquellos que deberemos ejecutar al terminar la batalla. Dejemos entrar al entusiasmo y la decepción, tipos fuertes y siameses, nombres también de mi bicefalia.

    No soy fan(-atico) de Chantal pero reconozco que entusiasma Maillard con su prosa acelerada y, a la vez, calmada, sensual con sus cambios de ritmo, como un acto sexual zen en el que los amantes se aventuran en busca de un bosque animal. Es Maillard entusiasta y decepcionada en su erotismo poético-filosófico. Los cercos que nos llevan a pisar al amado buscando su nombre, intentando dejar la huella de su cuerpo en nuestros pies (para caminar mejor, diría el lobo). Duro JR como amante y entusiasmo por "el dulce peso" que, ay, decepciona por toda la violencia que impone el más pequeño de los reflejos, esas ramas que resisten con fiereza numantina al fluir del río (Janés).

    El reflejo me gana la voluntad, sólo el "aparecer" me gana decepcionado de todas las esencias. Y el momento sagrado y devocional nace al ver el sol y sus extensiones en el inicio del día, desplegando reflejos y matices que niega las cosas y las incendia, pierde el ojo el párpado y la córnea se relaja en su ceguera. Anula el poder con nuna dulce pisada que por la mañana me eleva el ánimo que se levanta deprimido, dormido quizás, atado por el cerco de los sueños, el cerco de las palabras que no puedo evitar teclear y que sé que, al final, me traicionan, y son la quinta columna del enemigo, del "estado cercal" de la sociabilidad y la escritura (todo el arte en ella). Y ese momento liberador de la mañana, cuando los destellos del sol impiden todo reflejo de cosa cualquiera, de las cosas que están a la mano (árbol, cielo, cara de narciso...), el reflejo que parece que incendiaba a las cosas, pronto desaparece con el devenir del día, y el sol se desvela como el dios que consigue que permanezca en el agua el reflejo, permanece el amado en el agua, preñado por la puta permanencia y atadura. No se lleva el río el árbol espejado ----- sí se lleva el pañuelo que tiramos y apostaríamos por el pañuelo o por el barco de papel del soldadito de plomo, olvidando (nos puede ahora el entusiasmo tan desmemoriado) que al final va a la nada(Janés) o a la tripa del pescado, del leviatán, el rey de los cercos en cuyo vientre se nos hace sombra la decepción de la palabra, por la palabra. Sólo el enemigo es la palabra(dios era la palabra) y sólo ella es el Amado.

    En el pensar filosófico y en el poético - distintos deben ser por violencia, para no confundir, para ser nosotros pistoleros mejor armados, - ponemos al rojo las largas láminas de acero oxidadas (como las escultura de Richard Serra), las cruzamos inflamando el ojo, primero el párpado. La cerca oxidada también nos refleja en una estúpida permanencia, nos hace un aguafuerte sobre fondo pardo. Nos abrasa en el buscar palabras que nos lleven hasta el nombre del amado (JR).

    Y, sin embrago, estamos aquí sentados, delante de una pantalla, de un folio, de una placa de cobre en la que grabamos rayas o sometemos al ácido. Protegidos. Amando los cercos entre el entusiasmo por la atadura y la decepción por haber contado a alguien lo que quizás jamás debió salir del silencio de la boca.

    Querido amigo, son tus anotaciones de complejo análisis. Permíteme, sólo, la torpeza de estas palabras que no consiguen penetrar la epidermis de los textos que anotas. Me voy a ver el sol.

    Un saludo.

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  6. Madre mía, qué entrada! Joder tú sí que construyes y desconstruyes, tú sí que sales de ese cerco que nos atrapa gratuitamente tras el primer llanto.
    Al igual que Vera me he perdido en la densidad de este conjunto de textos entrelazados y no los he terminado de leer. Durante esta tarde iré deconstruyéndome para seguir percibiendo e intenta descercarme. No es algo sencillo.
    Gracias.

    Un saludo.

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  7. Vengo del otro lado del río, arrastra mi balsa las últimas palabras “...seguimos de viaje, así nuestro tacto, así el alba...”, y me lanzo al agua para estallar los bordes y des-cercar la trayectoria de la danza...

    ...el mundo nos es narrado como la historia de la visibilidad, pero por suerte no todos los seres (y mucho menos sus instantes) son factuales, clasificables por fechas o medibles en tamaños de huellas del pie; algunos todavía traen un fuego dentro como código y mensaje único que se agita en sus palabras o pulsos y nace con ellos una llama, ya sea para inflamar su propia córnea o recorrer veloz el interior más sutil de los hilos de la araña...
    ...y entonces el agua, para aplacar la sed de esa llama o simplemente amansarla, le muestra su reflejo completo, incluido el de su eco su eco su eco, ése que permanecerá más allá del agua y del desierto. Y también el agua calma la agitación del fuego una vez descubre que no tiene raíz, que no puede arder por entre la espesura de la tierra. No hay allá hueco posible para su combustión. Y llega la lágrima, esa otra extraña forma de agua; el espíritu que, tomando el cuerpo y su voluntad, se apodera del pensamiento y le obliga a pensarse, como si ahí estuviera el consuelo a su mortalidad, sin darse cuenta de que es tan inútil su empeño de comprenderse a sí mismo y al mundo de este modo, como inútil es estar sumergido en un lago (agua entre límites) hablándole desde abajo a la superficie, viendo sólo un puntito justo encima de los ojos, cuando quizás el único entendimiento posible venga de la mayor transgresión de la forma y del lenguaje: abandonar el cuerpo y la mente, volverse pájaro, posarse sobre la superficie del lago (espacio infinito), dar un sorbo, cerrar los ojos y alejarse. Dejarse caer sobre una rama y que así el agua caiga en nuestro interior y se extienda imparable, hasta que el lago esté en nosotros y nosotros seamos el lago...incluso una ligera intuición del amor...

    Despierto al alba con el trinar de los pájaros y el sonido de su trago al beber de la oscura fuente del amanecer...

    Un abrazo.

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  8. Joven Cuervo
    Ahora el mundo vive momentos desagradables. Está delante de un muro infame. A su vez es más consciente de la realidad, más se acerca a las filosofías perennes, y el ser se hace más abnegado, más triste, para equivocarse. Para lamentarse, perpetuar el manifiesto cartesiano, creer que uno es sólo uno. Para morir solos, sin nosotros. El concepto de “Filosofía Perenne” viene de Leibniz y no hace muchos años, Aldous Huxley escribió un libro titulado así, bastante recomendable. Muestra la similitud de diversas culturas, como un organismo animal nos emparenta, de cómo ante el miedo actuamos de modos semejantes. Sin embargo… las culturas, los límites, las periferias, el yo. Impidiendo, da paso a una mirada borrosa.

    Abrazos.

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  9. estrella
    Me gustará que te extiendas, y que me llames Daniel. CC corresponde a las iniciales de mis apellidos y lo de Rider es otra canción. No creas que comprendo en su totalidad aquello que publico, tampoco lo que escribo. De esa manera, no me preocupo por establecer nada. Percibo al igual que tú. Los elementos, la materia de un intelecto en los objetos, en los animales, como criaturas recién nacidas para tocar el ser, tocar la apariencia. La poesía, la literatura, la fotografía son estratificaciones, estamentos para que ciertas gentes impartan sus cátedras. Conformémonos con sentir, y si es así, que puedes rodearte de limpidez, y de buena leña para el fogón de tu creatividad excelente. Al final la vida se resume en darle un significado mediante ficciones, nunca llegará una verdad íntegra a darnos la palmadita en la espalda.

    Un abrazo “estrella” con unas palmaditas cariñosas en tu espalda.

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  10. Luís
    Querido amigo. Parece que todo está repleto de contradicciones. Mi ser es demasiado tranquilo como para pensar así. Ayer me acerqué a Maillard y nuestros rostros se tocaron. No puedo decir nada sobre entusiasmo o decepción. El año pasado leí “Bélgica” y hace unas semanas “Hainuwele” de sus primeras poesías, y “Matar a Platón” de sus últimas poesías. Bueno, y ayer…
    Has creado imágenes que me hacen sonreír. Te imagino ataviado cual cowboy con la filosofía en una pistolera, y en la otra la poesía. Y sí. No se deben disparar a la vez. El quiasmo puede ser delirante.
    Y para nada me resultan torpes tus palabras. Torpe es aquel que escribe el mismo cuento sin variar una coma en toda su vida. Torpe es aquel que conduce el esfuerzo de un día a escribir un poema, parecido a. Torpe es aquel que en un desierto sólo se queja y busca una máquina expendedora. Torpe es quien pervive en la apariencia en procura del reconocimiento, torpe o iluso.

    Un fuerte abrazo.

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  11. Noctívaga
    Gracias por el joder. Pues es lo que me vengo diciendo hace un tiempo. Sabes que estoy en una vorágine de lecturas, reflexiones, ahilados que no quieren decir que mi mente descanse. Parece que estoy todavía en la cuna, mirando con ojos extraviados los sonajeros, sin saber andar todavía, inquieto. De momento expongo, entrego mi intuición, mi instante-estante.

    Saludos.

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  12. Querido Rider, comento porque hace mucho que no lo hago, todo y leerte, y porque me siento con la necesidad de hacerlo, todo y que sinceramente no tengo ni idea de lo que quiero comentar en estos momentos. He quedado atrapado entre los diferentes textos, algunos de los cuales he leido más de una vez, esperando que la intuición de la que hablabas en una entrada previa me diese alguna pista, pero no ha sido así, de manera que me quedo con las sensaciones de los textos, sus imágenes mientras voy masticando sus contenidos. Soy lento, cuan rumiante, suelo requerir de varias digestiones antes de poder tener una opinión propia... así que mis estómagos van a estar ocupados un tiempo, lo quiera o no, con algunas de las reflexiones aquí planteadas aunque pretenda leerlas como meras sensaciones. El mundo se ha vuelto demasiado complejo, lo hemos vuelto demasiado complejo, o simplemente nos hemos complicado la vida... demasiados cercos, filosóficos, lingüísticos o científicos. Pero tengo serias dudas que sea posible romperlos, transgredir los lenguajes, borrar el conocimiento, hagamos lo que hagamos sería empezar de nuevo pero para volver a recorrer una senda similar. Está en la naturaleza humana, en su biología y capacidad para el raciocinio explorar su ambiente, interpretarlo, pretender entenderlo y pretender poder anticiparse a los acontecimientos con ello (fracasando estrepidosamente siempre, pues los grandes fenómenos, los que alteran la historia son fenómenos raros fuera del conocimiento previo al acontecimiento). Y así encarcelarse en quizás nuevos cercos, pero cercos al fin y al cabo que nos complican y nos describen un mundo complejo, a la vez, que seguramente erróneo de lo que sabemos... ¿pero como evitar eso? Es una fuerza intrínseca, se suele decir que los sentimientos (entiéndase el amor, odio, etc...) son incontrolables, de naturaleza "animal", pero también lo es el raciocinio, la curiosidad, el querer saber, entender, todos los organismos de una manera u otra desean poder anticiparse a los hechos, prepararse lo mejor posible para ellos... los cercos somos nosotros. Difícil combate, como difícil lectura la de este texto que va y viene... así que aquí me apeado de momento, esperando no haberme extendido en exceso.
    Un gran abrazo amigo

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  13. Me parece muy interesante los temas fundamentales del pensamiento de María Zambrano, el ser, lo divino, el despertar , la influencia de las tradiciones místicas, la relación con la obra de Jung, todo ello viene concentrado en" la creación por la metáfora de Chantal Maillard, introducción a la razón-poética "que ahora tengo entre mis manos ..
    Quizás tras este despertar mío, adentrándome en estas aguas todavía un poco ajenas a mí, en este universo simbólico... pero que no dejan de maravillarme estas palabras y por cada visión que suscitan..
    Una entrada perfecta, y las fotografías, un estimulante paseo de nuevo. :)

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  14. Paula

    En el sentir siempre hay un gen crepuscular reflejo fluctuante. Romper el cerco del lenguaje. Acción y afección. Palabra y confraternización. Olvido García Valdés rodea el cerco hasta hacerlo piel. Maillard es un descubrimiento esperado. Hacía años que no escuchaba un pensamiento tan hondo pero verla me hizo comprender el acto de romper el lenguaje como rompen las olas. Ahora estoy demasiado enfrascado en la tarea de leer la mayor y mejor cantidad de libros que pueda ser, demasiado ocupado con Gilles Deleuze, R. Barthes, Maurice Blanchot, Hannah Arandt, Foucault, Clara Janés, que ya te dije hace breve me encantó poder escuchar… que así, en estos cercos trashumantes, naufrago, o derivo, no opino, me dejo ir sin motivo aparente, buceando en el entresijo de la palabra. Gracias por pasarte y dejar tu impresión. Un abrazo muy fuerte.

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  15. un
    fuego
    animal
    devora
    en mi,
    dentro
    de salir,
    afuera.
    respuesta
    que no sabe
    y sostiene,
    el
    cruce
    que elabora,
    la matemática
    inexacta de pensar:
    concepto
    temblando de asesino,
    -dejando fuera la zozobra-,
    en la acabada certeza que funda su escritura.

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